martes, 22 de mayo de 2007

Wir behielten das Aufnahmerecht vor (o, en alemán, "Nos reservamos el derecho de admisión")

jueves, mayo 10, 2007
Wir behielten das Aufnahmerecht vor (o, en alemán, "Nos reservamos el derecho de admisión")

En el colmo de la acefalia adquirida, ahora en los conciertos de metal de la organizadora que dice llamarse Detonation se decide quiénes pueden asistir y quiénes no. Como si se tratara de los mismísimos censores del senado romano, estos jueces máximos de loqueesverdaderoyloquenoes han pasado de usar una semántica bélica en las propagandas de sus eventos a la franca "advertencia" de (cito textual):
"Abstenerce (sic) posers fakes y punks. (sabemos bien quienes son (sic y recontra sic)".

Dichas payasadas ya fueron anteriormente padecidas por amigos míos como Joshua Balcells, una persona que en su momento apoyó el movimiento hasta vaciarse la cartera y que sufría "veto" por parte de la organización rival (probablemente integrada por gente de la misma Detonation bajo otro nombre, cualquier parecido con movimientos neofascistoides es más que mera coincidencia). Lo que comenzó como un veto comercial ("no te dejo vender tus discos") se volvió pronto una violación constitucional: el impedimento del libre tránsito y la asistencia a un evento PUBLICO (no es una fiesta de XV años, no es una boda, no se requiere invitación ni hay lista de Very Important People), donde el derecho de admisión NO se reserva (abogados, ustedes saben que cualquier local o evento que pretenda discriminar la entrada necesita usar en su propaganda las pequeñas siglas "n.r.d.a.", de lo contrario dicha omisión se interpreta como que no se discrimina la entrada, legalmente hablando y previo pago correspondiente, claro está). Por supuesto que el argumento -por si fuera poco- de que te abstengas de acudir si eres un poser, punk o fake es racista, clasista, retrógrada, francamente vergonzoso pero lo más peligroso, se trata de una amenaza. Infantil, pero una amenza a fin de cuentas... A ver, ¿por qué me debo abstener de ir? ¿Me van a golpear? ¿Me van a linchar como a Juana de Arco? ¿Tengo que jurar la FE del metal ante altares de la muy pinche y so-called "santa muerte" con Eddies y portadas de Cannibal Corpse? Como diría el gran cómico argentino Enrique Pinti: "...Y LA REPUTISIMA MADRE QUE LOS RECONTRAMILRECONTRAPARIO!!!!!!!...."
Es INCONCEBIBLE que en pleno siglo XXI, en Mérida, una de las ciudades más TRANQUILAS de este corrupto país llamado México, tengamos que ver cosas así. Es una pena que esto pase en una ciudad que además es tolerante. Tolerante porque en AÑOS de metal subterráneo no he visto que un toquín se pare por la policía como sucedió en Campeche hace algunos meses. Tolerante porque aquí no se necesita de empelotamientos colectivos sino que se vive día a día pues tenemos una de las tasas de violencia y asaltos más BAJAS de TODO el país. Y sí, es una pena lo de los jóvenes anti-Bush encarcelados, pero más pena da tener 150 bandas de secuestradores operando en tu territorio. Nada es tan intolerante como la violencia o su apología. Ni siquiera la religión.

Dichas payasadas, como decía, son creadas e inspiradas por dos o tres personajes que han logrado su sueño, dividir a la de por sí frágil escena metalera hasta dejarla convertida en un grupete de 100 briag@s a lo mucho. ¿El slam? Bien gracias. Hace mucho que fue sustituido por movimientos espásticos y puñetazos de energúmenos sin camisa elevando los brazos al cielo de concreto y aluminio del Molineros. Ni que decir del moshing y del stage diving, sin una presencia copiosa de gente formando un sólido moshpit aventarse sería algo además de peligroso, sumamente pendejo.
En la mente se me agrupan casos de personas (posers diría el rechoncho autokrator del Parnaso metálico) que siguen amando el metal pero abandonaron los conciertos por la intolerancia estúpida, la cada vez más nula variedad de géneros y de plano porque casi todas las bandas que tocan son como un clon de cualquier otra banda ya existente. Por la presencia de camisetas con svásticas, por la vibra de ignorancia y porque en general casi todos ellos son ya padres de familia y eso les da una nueva perspectiva desde la cual es probable que lo único que sientan al ver la escena de metal actual sea una profunda tristeza.
En este tenor lejos están los días en que las dos últimas bandas underground lograron fusionar con éxito distintos estilos y géneros hasta lograr una voz personal. Me refiero a los Niños Suburbanos (una banda de hardcore punk que llegó incluso a fusionar hardcore con hip hop y en su etapa final con ska) y Lacrimae, quienes hicieron del metal y la psicodelia uno de sus pilares durante la que considero la etapa más lograda de la banda (exactamente al grabar "Course to Arsoning".
Curioso, ambas agrupaciones pertenecen a sectores sociales muy distintos - aun dentro de las mismas bandas los había de barrio y del más elitista fraccionamiento - y sin embargo, que yo sepa, JAMAS los gustos personales o la extracción de cada quien supuso un inconveniente para ser amigos.

Comencé a escuchar metal a fines de 1992 con el cassette de "Arise" de Sepultura. Hasta ese día el heavy metal no me había interesado porque lo que para mucha gente eran "auténticos símbolos del mal" para mí representaba el colmo de la resaca ochentera y la homosexualidad: Guns 'n' Roses, Manowar, Iron Maiden, bueno, ni siquiera Metallica me parecía verdaderamente extremo. Yo prefería el rave techno en 1990. No conocía el underground, en actitud siempre me pareció más comercial Mötley Crüe o Iron Maiden que The Prodigy. Fue sino hasta escuchar a los brasileños que sentí la potencia del metal extremo. De ahí, al hardcore y el crossover (Minor Threat, DRI, MOD, Bad Religion) y el metal más bestia (Morbid Angel, Godflesh, Carcass, Entombed, Filthy Christians, Burzum, Cathedral, Saint Vitus...etc).
Los conciertos en Mérida eran una ocasión de libertad, había de todo, hasta madrazos, claro que sí, al igual que semi-razzias en los parques de la Mejorada y Santa Lucía (a cargo de la ya extinta D.A.P. y cuando la S.P.V. todavía regenteaba el Centro Histórico de Mérida, mucho antes del retorno de la P.M.). Generalmente el trasfondo musical era rock and roll y punk. Se dejaba oír algo de los Pistols, algo de Kiss, otros se aventaban a Bad Religion o a Sedición y los más osados, a Transmetal o Slayer. Y entre covers las rolas propias, unas mejores que otras, pero con mucha dignidad y sobretodo con fuerza, no estoperoles. Energía, no picos en los brazos. Tenis Vans para poder saltar, no ositos panda en un clima ridículamente caluroso. Eran tiempos más divertidos musicalmente y mucho más densos y amachinadores que las aburridas babosadas elitistas y neofascistoides que hoy en día tenemos el infortunio de soportar.
Así que, señores censores, no asistiré a su celebración de pureza musical. Sus amenazas atemorizan mi edulcorado corazoncito jazzpunkambienttechnostonerdub. Lo siento por Lacrimae, pues quería verlos y oírlos, aunque bueno, a pesar de ser un poser fake punk (además de DJ o sea todo un farol para los sapiencísimos cánones de los Poseedores de la Luz Metalera), ellos nunca me discriminarán la entrada a uno de sus ensayos. Son las ventajas de ser colegas y de haber fundado y militado en dicha banda pero sobretodo de NO ser un triste perdedor megalómano.


*No me pude resistir y postear este articulo directo y visceral el original lo encuentran en este blog, un saludo carnal y si es cagante la neta que si.

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