Para Volantear
“Al pueblo no se le toca”
A los soldados mexicanos:
En enero de 1907 los trabajadores de las fabricas de hilados de Rió Blanco, en Veracruz, se declararon en huelga.Pedían salarios justos, condiciones higiénicas y seguras para trabajar, una jornada laboral de 40 horas, y que se abolieran las onerosas tiendas de raya.
El 7 de enero se llevo a cabo una asamblea en el teatro Gorostiza de Orizaba.Los obreros habían accedido a que un mediador dictara sentencia y emitiera resoluciones.El mediador que había mandado el general Porfirio Díaz, un señor Morales, se comporto abiertamente parcial hacia los patrones. Los obreros, desilusionados, abandonaron la asamblea.
Dando vitores a su movimiento y ondeando sus banderas, los obreros, dispuestos a jugarse la vida en defensa de su bienestar y el de sus familias, decididos a hacerse matar antes de seguir soportando la miseria y explotación a los que los tenían sometidos los patrones, se dirigieron a Rió Blanco.El tumulto creció.Tal era la rabia e impotencia de los obreros que se cometieron muchos desmanes.Muchos de los dependientes, en su mayoría gachupines, de las tiendas de raya fueron linchados.También quemaron las instalaciones de las fabricas y las miserables covachas donde vivían. Luego se dirigieron a las cárceles y liberaron a los presos, los cuales se unieron a ellos.Las mujeres obreras, con sus estandartes guadalupanos en alto, eran las mas agresivas.
El gobierno reacciono.El jefe político, un coronel Francisco Ruiz, no pudo controlar el tumulto.Se mandaron traer tropas a Veracruz.De la ciudad de México partió el general Rosalino Martines con dos compañías del 24 batallón. También se alertaron a fuerzas de Veracruz y Jalapa.
Los soldados fueron desplegados en línea frente a los contingentes de obreros que marchaban sobre Orizaba.Entre la multitud se distinguían mujeres, niños, ancianos.El general Martínez ordenó primero a un piquete de rurales montados, los hombres mas temidos del porifiriato, que cargaran y abrieran fuego sobre la multitud.Al frente de estos rurales estaba el teniente Gabriel Arroyo, egresado del H. Colegio Militar.
“Tome su gente y arrollelos,” ordenó Martines.
“No, mi general,” contesto Arroyo.“Con todo respeto, mi general, mire que son mujeres y niños.”
“¿Que carajos dice?¡Le estoy dando una orden directa cabrón!”
“Mi general, con todo respeto, al pueblo no se le toca,” alcanzó a decir Arroyo.
De inmediato Arroyo fue arrestado.Y luego Martínez tuvo que arrestar al resto de los rurales que también se rehusaban a cargar sobre los manifestantes.
Por supuesto Martínez si encontró gente dispuesta a asesinar a la población indefensa.Los soldados del 24 batallón abrieron fuego sin chistar sobre las mujeres, niños, y ancianos.Luego cargaron sobre ellos para rematarlos.Los buscaron entre los cerros donde se habían guarecido.Fusilaron a 200 prisioneros después de un juicio sumarisimo.Un verdadero arroyo de sangre corrió por las calles de Rió Blanco.Los muertos llegaron tal vez a diez mil.
¿Y Arroyo?El joven teniente y sus hombres fueron fusilados al día siguiente.Pero a diferencia de los pretorianos de Martínez su uniforme no se cubrió de mierda.Su honor militar quedo intacto.
Hoy en día, soldado mexicano, el pueblo de México se ha organizado para defender su patrimonio.El petróleo es de los mexicanos, tuyo, mío, de tus hijos.Los miembros del movimiento en defensa del petróleo nos oponemos a que se le entregue a los extranjeros.La independencia de México, que tu juraste defender, esta en peligro debido a las intenciones entreguistas de un grupo de traidores que usurpan el gobierno.Hay una crisis mundial: si el pueblo mexicano no es dueño del petróleo sufrirá mas miseria.
Bien lo dijo don Guillermo Prieto: “los valientes no asesinan”.No ensucies tu uniforme matando al servicio de un gobierno de traidores a la patria.Acuérdate de las palabras del teniente Arroyo: “al pueblo no se le toca”.
La patria no se vende, se defiende.
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