12-06-2008
Este periodista australiano de 46 años es un referente mundial en la denuncia de la «invención» de enfermedades por la gran industria farmacéutica. Experto conocedor del negocio de la salud, removió cimientos con su best seller «Selling Sickness» (Vendiendo Enfermedades, 2005 ). En la última edición de la revista «PLoS Medicine» defiende que cada vez se cuestionan más esas «nuevas» patologías. |
«Hace treinta años Henry Gadsden, director entonces de la compañía farmacéutica Merck, hizo unos comentarios sorprendentes y, en cierto modo, candorosos a la revista «Fortune». Dijo que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Aquel sueño se ha convertido en el motor de una imparable maquinaria comercial manejada por las industrias más rentables del planeta». Así comienza la presentación del libro en el que Moynihan describe las estrategias que utiliza cierto sector de la industria farmacéutica para ampliar el mercado de los medicamentos.
¿Qué definición haría usted de «enfermedad inventada»?
Así es, `inventada'. Lo estamos viendo con las mujeres, por ejemplo, con el tema de la disfunción sexual o en los niños con el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Pero, generalmente, yo prefiero hablar de `patrocinio de la enfermedad'. Es decir, las compañías farmacéuticas no crean las enfermedades, ni directamente sobrepasan esos límites, pero a menudo patrocinan las actividades de la medi- cina que están sumidas en este proceso de crear o vender enfermedades.
Porque no hablamos sólo de inventar o patrocinar enfermedades, sino también de hacer que cada vez más personas sean susceptibles de ser consideradas enfermas, rebajando, por ejemplo, los límites del colesterol o la tensión arterial.
Es correcto. Yo lo llamo `ampliar los límites de la enfermedad', es decir, bajan los baremos para que así las enfermedades o, mejor, el número de enfermos aumente. Por ejemplo, si se reducen las cifras anormales de presión arterial, mucha gente que estaba sana se despierta convertida en hipertensa, por lo que debe tomar medicamentos. O se convierten los síntomas en un problema de salud, como pasa con el colesterol. Nadie enferma de colesterol, porque es un factor de riesgo, pero lo tratan como si fuera una enfermedad. La realidad es que cada vez más gente está considerada como enferma. En cualquier caso, creo que es mejor hablar de la ampliación de las fronteras de la enfermedad, algo que está pasando en muchas enfermedades ya establecidas.
Pero, ¿cómo se patrocina una enfermedad?
Con la disfunción sexual femenina las grandes compañías farmacéuticas patrocinaron casi todas las reuniones de los `expertos' que lo definían como una nueva enfermedad. Algunos de aquellos `expertos' sugirieron que un 43% de las mujeres sufren esta `enfermedad', algo que es claramente absurdo.
¿O la osteoporosis?
Ése es un ejemplo muy importante, donde un `factor de riesgo' se ha convertido en causa de mortalidad y a millones de mujeres sanas se les ha hecho creer que están enfermas, cuando pueden no estarlo. Algunos lo han descrito como el «márketing del miedo».Leer más...
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