martes, 9 de junio de 2009

“No salven a la GM salvemos al Planeta”

Michael Moore va más allá de hacer pronunciamientos y con sus documentales han buscado reorientar las acciones de los que manejan los hilos del poder en USA, su impacto en la opinión publica de su País es significativa, sin embargo sus opositores piensan que es un precio muy barato que los poderosos pagan a cambio de darle punto de fuga a las inquietudes de la gente; galardonado en la industria cinematográfica con las nominaciones al Oscar con Sicko, ganador con Bowling for Columbine, además de otros muchos premios inclusive de organismo sociales y políticos, ha sido un individuo que no ha tenido inconveniente en efectuar las aclaraciones necesarias con documentos y fuentes sobre los contenidos de sus documentales, ante sus detractores los cuales no han correspondido a esta actitud, mostrado además que no solo denuncia o se queja si no que hace sugerencias que son inteligentes y creativas; como en este caso en el siguiente artículo en el que dice “No salven a la GM salvemos al Planeta” , es una transcripción que ha sido tomada de su blog.

Esta es la visión critica de Michael Moore: “Cuando eres un ignorante, ¿para qué te vas a molestar en participar en nada?, ¿para qué te van a preocupar las cosas? La gente educada e inteligente participa se preocupa”.



AFP / EFE

CHICAGO.- El polémico cineasta estadunidense Michael Moore afirmó que su primera película, Roger & me (1989), pronosticaba la desaparición del fabricante de automóviles General Motors, cuya quiebra atribuyó a su ineptitud e indiferencia hacia los obreros.

“Es una triste ironía que la empresa que inventó la obsolescencia planificada (fabricar vehículos que se descompusieran en pocos años para que el cliente comprara uno nuevo) se volvió ella misma obsoleta”, escribió en su blog en internet.

En la mayor bancarrota en la historia de Estados Unidos y para protegerse de sus deudores, General Motors (GM), que hasta el año pasado ostentó el título de número uno mundial del automóvil, se acogió al Capítulo 11 de quiebras ante un tribunal de Nueva York.

“A principios de los años 80, cuando GM registraba ganancias récord, trasladó miles de puestos de trabajo a México y otros lados, destruyendo así las vidas de decenas de miles de trabajadores estadounidenses”, aseguró Moore, para quien la bancarrota de la empresa es una muerte merecida.

En su ópera prima, el polémico cineasta documentó sus incansables esfuerzos para ser recibido por el entonces presidente de General Motors, Roger Smith, tras el devastador desmantelamiento de la fábrica que la compañía automovilística tenía en Flint (Michigan), la ciudad natal de Moore.

Y es que el cineasta propuso también declarar en estado de guerra a la industria automotriz estadounidense para transformarla totalmente.

“La única forma de salvar a General Motors es matar a General Motors”, escribió también en su blog.

En un plan de nueve puntos, Moore instó al presidente Barack Obama a informar al país de que “estamos en guerra y que debemos convertir las plantas automotrices en instalaciones para la fabricación de vehículos de transporte masivo y aparatos de energía alternativa”.

El cineasta recordó que en 1942, Estados Unidos suspendió la fabricación de automóviles y utilizó las cadenas de montaje para construir los aviones, tanques y ametralladoras que se usaron en la II Guerra Mundial.

“Esa conversión no tardó nada. Todos ayudaron. Los fascistas fueron derrotados”, indicó.

El productor agregó que “ahora estamos en una guerra diferente, una que hemos dirigido contra el ecosistema y que ha sido encabezada por nuestros propios líderes empresariales”, señaló.

Añadió que los productos que salen de GM, Ford y Chrysler son ahora las mayores armas de destrucción masiva responsables del calentamiento global y el derretimiento de las capas polares.

Según Moore, la Casa Blanca no debería entregar 30 mil millones de dólares a General Motors con el fin de que esa empresa siga fabricando automóviles.

“Debería utilizar ese dinero para mantener la actual fuerza de trabajo, y los que han sido despedidos sean empleados para que puedan construir los nuevos sistemas de transporte del siglo XXI”, afirmó.

Esos sistemas deberían ser ferrocarriles de alta velocidad que unan a todas las ciudades. Para las zonas no servidas por esas líneas de trenes, GM debería fabricar autobuses que usen energía limpia.

Moore también propuso transformar algunas plantas de GM para la construcción de molinos de viento, paneles solares y otras formas de energía alternativa.

Añadió que el gobierno también podría ofrecer incentivos tributarios a quienes usen autos híbridos o viajen en autobuses o trenes.

Moore, quien vive en Detroit, el corazón de la industria automotriz de EU, indicó que para financiar su plan, el gobierno tendría que aplicar un impuesto de dos dólares por cada galón de gasolina.

“Este es un comienzo. Por favor, por favor no salven a GM para que una versión más pequeña (de esa misma empresa) simplemente no haga más que fabricar Chevys y Cadillac. Esta no es una solución a largo plazo. No gasten dinero en una compañía cuyo tubo de escape no funciona”, manifestó.

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